lunes, enero 17, 2011

«Yo...El Hoy...Y la vuelta»



YO

El HOY

Y la VUELTA



…Todo sea por dejar atrás
lo que venga el día de mañana.




Ante tantos papeles olvidados, tantos sueños desbaratados…Estoy aquí después de un año. El año sabático que no me dejó más que aprendizajes malos. “Experiencia” le suelen llamar. Yo le llamo: Ratos descuidados. Descuidada el alma, descuidado el cuerpo; una mente descuidada, unas manos que ya no tocan.

Mi jefe inmediato me ha propuesto un ejercicio que ayudará a mi antipatía (cosa complicada y un reto casi imposible; si tan solo estos muros que me cubren dejasen una grieta para poder pasar todo aquello positivo que me va esquivando), me lo explicaba de la siguiente manera:

- Hoy, al salir del trabajo quiero que llegues a casa y te relajes. Te preparas tu cena, un café, lo que quieras. Y entonces te sientas frente a la computadora –qué miedo, iba pensando yo-. Abres el Word y te quedas observando esa imitación de hoja en blanco. Quiero que permanezcas diez minutos así. Sin escribir nada, ni una sola letra. Vas únicamente a observar ese espacio en blanco.

¡Cómo si pudiera! ¡Cómo si recordase como unir letras para formar oraciones que pudiesen tener un mínimo de sentido, incluso para mí! Lo admito. Tuve tanto miedo de encontrarme de cara en cara por lo que tanto tiempo me aprisionó: Mis propios pensamientos.

Yo que cada día lucho por echar de lado en espirales los malos pensamientos. Aquellos pensamientos que me devuelvan los recuerdos. Y vuelva a ser yo misma. La incapaz de entenderse, la incontrolable mujer de labia insolente. Tuve mucho miedo de retroceder en el tiempo y descubrir que no he cambiado nada, a pesar de tanto esfuerzo por hacerlo.

Llegué a casa. Evite a toda costa seguir el consejo de sentarme frente a mi rival. Pero, desafortunadamente, el tiempo no tiene piedad para con los condenados. Y mi hora llegó, mi cadalso esperando. La guillotina de mi desazón.



Así que muda permanecí. Mis dedos silenciados. Mi mente confusa. Mis palabras ahogadas. Así, sin perturbaciones, sin rutinas que obedecer. Y le mire; la hoja en blanco sonriendo ante mí. Ella también cobraba conciencia de que este día –transformado en noche- debía de llegar. Nos enfrentamos. Nos gritamos con el eco de una nada que nos envolvía. No puedo decir que hicimos las paces y hoy como si nada. No. No me atrevo a tanta valentía. Lo que si puedo contar, con plena seguridad, es que no hubo resentimientos que no quedaran sin resolver.

Lo que aquella noche mire fue solamente a mi impaciencia. A esta incapacidad por permanecer quieta, estable. Lo que observe fue a una mujer temerosa de aprender, de descubrir, de acertar con sus errores. A una mujer que teme tanto equivocarse que, al final, termina por hacerlo intuitivamente. Como si fuese el destino el que no lo decidiera, sino ella, sino yo. Es mi necedad. La desesperación. La inconciencia convertida en azar por default.

Hoy puedo decir que algunas cuentas han quedado saldadas y unas otras deudas aun quedan por saldar. Pero no hay urgencia por salir de esta prisión. De cierta forma, es esta cárcel la que me hace libre y me sigue dando la libertad para comportarme con esta forma de ser que me complica y me desgasta.

Quizá, allá adelante, en el porvenir encuentre otras estrategias para poder sobrevivir sin ser yo misma.

Algo que me ayude a fingir a ser como realmente soy.


Alguien que me tome de la mano y me guíe exhausta al ocaso de mis pesadillas que tanto me divierten. O tal vez, una mano auxiliadora que me recoja de toda esta basura que se hace llamar vida real.



Al día siguiente llegué a la oficina calmada. Como era de esperar mi jefe preguntó si había hecho lo que aconsejó. Le respondí con un “sí” tan natural como me fue posible. El sonrió por haber acertado en lo que creyó su predicción. No me sentí mal por engañarlo. Preguntó además: Y dime, en esa hoja en blanco ¿Qué pudiste observar?

Yo simplemente le respondí recitando la canción de “aquí” y él nunca lo notó.

Qué fácil es poder engañar a quien no tiene –ni tendrá- nunca la razón.



Karla Nerea Valencia
De vuelta en el intento.

martes, agosto 04, 2009

«Soberbia»



SOBERBIA


Por el exquisito placer de la soberbia gustaba de seducir señoras. En la avaricia de posar sus manos sobre las extensas caderas, la vida se le iba. Y se le fue en el vicio continuo de meterse en líos: con los maridos. Para el elevado ego, una cama ajena resultaba el método perfecto de valentía: al final, él sólo reía y se iba. Así se fue año con año, mes con mes, día con día desvistiendo lo mismo abuelas que señoritas ya comprometidas.


El gusto por lo prohibido, lo irrespetuoso por lo desconocido lo tenía por dentro carcomido. Llegó a tanto su extremo valor que en ninguna noche posterior al inicio de su desventurado vicio, tocó de nueva cuenta el lecho propio.

Cometiendo oprobio tras oprobio. Palabras fatales para el desconcierto de una vanidad roída de frases cabales. Cabalgo por sinuosos caminos y en su paso ninguna mujer que resistiera de su encanto, encontró. Siguió por la brecha del pecado hasta topar con la amalgama de pesares que en una noche solitaria comenzaron a cimbrarle la cordura. Pensó en terminar con su locura. Pensó en buscar la mujer que le hiciera entrar en cintura.

Mas, sin embargo, ninguna soltera se atrevía a cruzarse en su camino por la tan mala fama obtenida en sus correrías.


El caballo se cansó en trotar por pastizales descoloridos y, el hombre de dormir tan lleno de malos recuerdos escondidos. Golpeando la tierra, sus pisos; llevando como penitencia los gritos nunca socorridos. Pensó en morir. Pensó en nunca más pensar que podría cometer el único pecado que faltaba por cometerse.

Se percató que no podía más esconderse. Quiso volver sobre sus pasos y pedir perdón, hincarse ante tantas mujeres, pero ninguna jamás lo reconoció. Por cada plaza, por cada pueblo, por cada camino miradas escrutadoras juzgaban –lo que a ciencia cierta parecía- su locura.

Y los maridos: ¡Qué condescendencia más digna de ternura! Del pobre hombre se compadecían. De nuevo brotaban las risas, hasta que el buen día llegó, y el hombre enloquecería. Hasta el final de sus días.

El caballo jamás volvió a trotar por ninguna senda abierta o prohibida. Murió de desencanto al poco que tiempo en que su amo soltó las pasmosas riendas corroídas. Sencillamente, el noble bruto, no conocía otra ruta más la que unas manos que la guían.



Un hombre ahora vaga con estropeadas ropas suplicando un poco de amor: a señoritas. Todas pasan de largo; ninguna de ellas tiene disponibles un poco de caricias. Un hombre vaga con un ramillete de césped recién podado de alguna casa lúgubre y cansada: llamada «camposanto». De abstinencia, el pecado se ha convertido en beato.

Mujeres que cambian con el paso de los años. Mujeres que cambian la apariencia recatada y una que otra, le dirige una mirada a nuestro –ahora- santo que se encuentra hincado sobre un costal en el que abundan las moscas.
Cuenta la leyenda que allí dentro, se encuentra el caballo. El único alimento «puro y sano», que le queda a nuestro vago santo, santo vago mutilado.


La sangre cae sin desperdicio sobre sus manos y un llanto cercenado de los ojos callados parece inundar la conciencia de un servil cortesano que va de paso. Le arroja unas monedas dictaminando, casi juzgando:
“Tome, buen hombre, compre alimento sano”
Para el hombre santo, no hay mayor alimento que el cosechado por el tiempo en el lomo del amigo. Bota las monedas, que al final, van a parar a las manos de un niño.

Encuentra una mirada perdida, embebida por la codicia y advierte al infante en un instante:
“Cuidado con lo que deseas, que los mayores tropiezos del hombre, son producidos por la mala dirección que toman sus propios anhelos”
El niño parece sonreía y huye despavorido. ¡Hace cuánto que perdí el deseo!


De pisada en pisada, un lago se topa de frente con nuestro amigo; el costal a un lado, las manos al agua formando un jarro que llega a tocar los labios del santo. Por fin, después de tantos años, el vital líquido vuelve a calmar la sed de un ser humano. Su rostro se refleja en aquella agua cristalina: él hombre no se reconoce, y quiere morir por la vergüenza que le invade al verse del todo descuidado, amedrentado por el peso de sus errores.

Sabiéndose cometedor del principal: el no recobrar su dignidad.

Toma la navaja que serviría otrora en separar las extremidades de su fiel animal, y recobra la juventud que la larga barba le mantenía oculta. El rostro se vuelve de un color inocente que de no conocerse, nadie más reconocería. Y nuevamente deshace los pasos andados para cobrar viejas deudas.

Se sorprende al divisar en cada puerta de cada pueblo antes recorrido un sin fin de candados estampados en cada una de ellas. Atronadoras voces recorren sus oídos hasta filtrase en lo más hondo de su antiguo vicio. Entra en una licorería y pide del más fino vino. El tabernero lo observa con descuido tornando una mirada más escrutadora, advierte tener frente así, al viejo joven pillo.

Toma una copa y sirve el embriagante líquido: Las gotas de un franco desconocido se confunden con la bebida servida. El desenlace es el por todos conocido. Los candados cayeron uno a uno de cada una de esas puertas que tenían a todas las mujeres por prisioneras. Los maridos, ahora felices, se encuentran todos reunidos en la taberna.

Brindan por la paciencia.
Brindan por la bondad de una larga espera. Y allí, afuera en forma de enredadera se encuentran dos costales que esconden los defectos de una humanidad que optó por vivir de mala manera. Cada pedazo de carne, cada gota de sangre se encuentra volando en las moscas que van serpenteando a los lados.

Quizá, después de todo, la inmundicia se contagia con el soplo del viento, o con aplastar lo que en esencia encierra nuestra desgajada virtud de soberbia y vanidad.

O tal vez, con un poco de fe, cada uno escapa al destino que se obtiene al dirigirse como amigo, esclavo y penitente.

¡Quién para quien puede servirse de ser juez y mendigo! ¡Quién para quien puede dictar la virtud y decadencia de nuestros vicios!...

Ya nadie sabe separarse, quizá, de un trazado camino.


La verdad es que ahora, tal vez, ya nadie sabe cómo vivir y sobre tropiezos se escarmienta o la humanidad, al mismo instante, se descuelga. Para librarse, ya nadie sabe de qué buena o mala manera…

Pero también tengo por cierto, que prefiero vivir con vicios dentro de mí y al final, saber que todo habrá valido la pena si con ello, me entretuve en vivir bien.


Escrito:
Karla Nerea Valencia

sábado, agosto 01, 2009

«Dolores O'Riordan - No Baggage»


DOLORES O'RIORDAN
NO BAGGAGE

Ella no trae consigo equipaje.
Ella no lo necesita. Dejó en el pasado la carga de ser el sostén de una agrupación que consiguió un lugar privilegiado en la historia de la música. Ahora, su tarjeta de presentación es la voz.

El segundo disco en solitario, y lleva por título: No Baggage.
Dolores no trae consigo el equipaje, porque quizá ha aceptado, que nunca lo ha necesitado.


El TrackList:

1 Switch Off the Moment 3:19
2 Skeleton 3:25
3 It's You 4:11
4 The Journey 3:53
5 Stupid 4:46
6 Be Careful 4:20
7 Apple of My Eye (new version) 4:47
8 Throw Your Arms Around Me 4:26
9 Fly Through 3:54
10 Lunatic 4:29
11 Tranquilizer 3:50


Las canciones más significativas:
Skeleton & It's You.


Link de Descarga: NO BAGGAGE.

Karla Nerea Valencia

martes, julio 28, 2009

«Los Bunkers - Tres Recomendaciones de "Barrio Estación"»

INTRO

Justo por la ventana que domina mi visión frontal se trasmina una gotera de luz azul. Me he quedado con la mirada fija en ese puente espectral luminoso, deseosa de poder recorrerlo, seguir a donde me guíe y llegar tan pronto sea posible… Pero me despierto. Me he despertado a oscuras descubriendo que fue un sueño portentoso.
Una aseveración critica de la penumbra invadida con papeles ilógicos.

Y es la música la heroína capaz de sacarme de mis tribulaciones. Son tres canciones que pasan seguidas en mis oídos y me alteran los sentidos.
Es aquella voz chilena, casi ahogada…ahogada de sentimentalismo. La añoranza me hace añicos. Lo recuerdo desnudo junto a mi cuerpo y grito de impotencia. Se fue muy lejos, se ha ido a un lugar en la distancia donde yo no puedo alcanzarlo aunque le llame a diario en sollozos mudos.

Los que me conocen saben, nunca he de ser la misma.

Y las tres canciones nuevamente –en esta tarde- se perfilan.

Quiero compartirlas.


Karla Nerea Valencia

CONTIENE:

1.- Fiesta
2.- Una Nube Cuelga Sobre Mí
3.- Andén



LINK: KARLA#2

domingo, julio 26, 2009

«Pensamiento Libre»


«SUGERENCIA»
* Este escrito se disfruta mejor escuchando la siguiente canción:


Archivo: Karla#1

(OST - Human Drama /
Goodnight Sweetheart)









PENSAMIENTO LIBRE





He visto un beato resignado a nunca más rezar.
He visto una enorme ave nadar debajo del mar y un submarino navegando por arriba de la oscuridad solar.

Múltiples nubes múltiplos de tres abarrotan la luna que nos ha hecho palidecer, a tal grado que la piel es el alma torturada y la sangre las lágrimas que del ayer nos embriagan.
El agua es diamantada con mate. ¡Brilla! brilla una pequeña esquela estelar en forma de estrella: nos atraganta, nos asfixia y volamos pataleando.

Me aterra pensar que la realidad se vuelva más real dentro de mis despertares inconcisos.
Me aterra averiguar que he vivido sin saber por qué existo en esta inconsistencia natural.

He pasado a la par de acechadores que ríen y sufren. Me visto acosada por acosos neutrales de organismos unicelulares. Me siento niña que puede jugar con el universo en una de las yemas de sus dedos de la mano izquierda.
El mundo es zurdo y al revés nos sitúa.

...
Parte de lo mismo


L
os amantes besan el piso y nuestras pisadas dejan huellas en el tiempo. El reloj se ha detenido y abre paso al amanecer hechizado por un idilio nocturno.
Es fidelidad.

Son zumbidos que le restan horas a la eternidad. Somos uno jugando a sumar más en cada uno de los besos esparcidos con la profundidad de nuestras lenguas.
La saliva desatada.

Nudos en la garganta que nos impiden comunicar lo que sentimos.


Sentimientos desolados por la compañía servil.
Nadie merece estar aquí.

Y nos hundimos en el cielo. Volamos en el mar.
Rezamos sin creer y nos flagelamos sin desear más que morir para sentirnos con vida.

...

He visto unas plumas escribir en futuro.
He visto la tinta regada en el presente y las manchas del pasado.
Imborrables huellas cruzadas con la mortandad.

He visto escritores sucumbir a la vanidad de creerse originales.
He visto originalidad en cada una de las mentes desdichadas.
He visto como he cometido los mismos errores…
Excepto dos…


Ahora somos un embrollo desesperado que busca encontrar el cinco perdido.

Veinticinco en la constelación lunar. Veintiocho días de guardar.
Once días de vigilia. Veintiséis años sin rezar…

Me he visto a mí: nuevamente claudicar.



Sobre:
Karla Nerea Valencia

martes, julio 21, 2009

«Lacrimosa En El Circo Volador: 20/Julio/2009»


LACRIMOSA

Circo Volador
- 20/Julio/2009 -




Las seis de la tarde y una servidora se encontraba al final de la que parecía una interminable fila de personas extraídas de un mal sueño oscuro, era de obviar la actitud y apariencia de la mayoría ahí reunida, todos queriendo externar el respeto mediante un atuendo exaltando una sobriedad adulterada de melancolía excitante.

Los culpables del «siniestro»: Lacrimosa.



Banda catalogada –ahora- como: “De culto”. No es para menos ni para más. Todo se encuentra en perfecta armonía y sintonía y así quedó demostrado una vez en el interior del recinto “Circo Volador” en la Ciudad de México (escalofríos); donde lo que a primera vista captaba la atención era un televisor que no parecía tener alguna conexión con el espectáculo; a la vez me iba yo diciendo:
- ¡Oh genial! Lo que nos faltaba, ocho y media de la noche en punto un Tilo Wolf y una Anne Nurmi disculpándose desde quién sabe qué lugar recóndito de nuestro extenso planeta con una diminuta disculpa por no estar presentes y de lo mucho que les hubiese agradado estar. Por suerte tal presagio absurdo –mío únicamente, debo admitir- no sucedió. Había mejores planes y un mejor uso del televisor (cosa rara).


Ocho con cuarenta y cinco minutos de la noche de un veinte de Julio de 2009. Los músicos acompañantes salen al escenario y Anne toma su lugar en el extremo derecho del escenario con absoluta sencillez, demostrando ser toda una dama en toda su extensión artística.

Pero ¿Y Tilo?
¿Dónde está?
Una vez ocurrido el tema de inicio (obviamente Lacrimosa Theme) comienza a sonar el teclado con una candencia que por minutos nos recuerda a la ya conocida “Schakal” y entonces sucede: Tilo aparece en la pantalla del televisor… Un fondo gris, un oscuro muro gris… Y ese rostro mezcla de ingenuidad y soberbia musical. Como de quien no cree estar conciente del «alboroto» que logra provocar con uno de solo de sus gestos y esa intachable soltura escénica.



Es el intermedio de “Kelch Der Liebe” y por fin Tilo sale a escena… Posa, se regodea, alza los brazos queriendo atraer almas que le inspiren para expresar tan hermosas melodías… Finaliza… Agradece en un burdo español pero eso no importa… Los aplausos y vítores no se hacen esperar… Sucede entonces: Halt Mich y su silencioso arpeo en minuendo zumba en los corazones de los presentes… Más aplausos… Y una combinación perfecta de voces… Los enamorados principales, el matrimonio musical perfecto… El baile de dos en compañía de miles de seguidores que bailan y gritan en compases pausados que van in crescendo.


Tilo por momentos intenta interactuar con su público en un rebuscado español y no logra una «conversación decente», desiste… Espera el momento adecuado y logra acoplarlo cuando “Durch Nacht und flut” viene comenzando… El homenaje hacia la lengua castellana… “Despiértate, te busco, mi corazón…” Todos coreamos, se forma una sola voz que indaga sobre la perdida y la búsqueda, la reconciliación y los sueños del ser amado. Todo trata sobre ello: El amor. El romance, el alcance precipitado de unir armonía y libertad en el alma.

Lacrimosa logra su objetivo uno a uno. Como ahora, que escribo estás torpes letras “una mañana después” (Der Morgen Danach)… Son canciones que muestran el pasado y presente de la banda, así como una inevitable prolongación de lo que el futuro deparará: Una muy larga vida para la música de la banda…


Son dos los momentos en que se «hacen del rogar»… Las personas reunidas y con el corazón ahora enganchado pidiendo más, rogando por más, suplican una dosis que logre extender la hermosura poética melodiosa. Es ópera, es rock, metal, sinfonía perfecta.


El final –para la segunda pausa del espectáculo- es soberbia, nada mejor para tan esplendoroso concierto, mientras Tilo explica –en inglés y que ahora traduzco-:
“Está canción es, por mucho, la más significativa de nuestro nuevo álbum… La historia hermosa de un romance que une a dos personas pero que a la vez puede separar con la misma intensidad, esto es: A.u.S. (Alles Unter Schmerzen)”.

Nada más es cosa de leer la lírica al español:

Todo En El Dolor (A.u.S.)

Escucho mi nombre en el miedo
Y sin embargo - me hace feliz – muy feliz
Escucharlo
Alguien piensa en mí – lo que sigue no importa
Ya sea injusticia – o desacato
Lo que sigue no importa

He escuchado una palabra de tu boca
Todo en el dolor
Mi nombre es dolor

En mis labios se forman las palabras
Pero mi lengua no las dirá
El miedo me deja mudo, tan mudo
Y me detiene cuando me debilito
Oportunidad perdida
Las palabras se pierden
Se pierde el sentido
Todo en el dolor
Nuevamente el rechazo…

Extraño esa libertad
Que un amante desconoce
Sin embargo, extraño el amor
Que recibe el amante.




Sin lugar a duda: Un concierto que nunca olvidaré mientras mi corazón, alma y memoria me lo permitan conservar. Si alguna de ellas me llegara a fallar, aun queda el recordatorio principal: Los discos que retienen la esencia de la música de Lacrimosa.

¡Gracias!




Karla Nerea Valencia

viernes, julio 10, 2009

«Intro/Andrés Calamaro - Nada se pierde/2009»


INTRO


Hoy no tengo ganas de escribir; de hecho:
Hoy tengo miedo de escribir.

¿Les ha pasado temer de la hoja en blanco?
¿Les ha ocurrido que tiembla la mano cuando tienen el lápiz empuñado a punto de disparar balas de carbón?
¿No?

Hoy es uno de esos días… Hoy quiero suicidar la escritura y la literatura y volverme más vulnerable que Humpty Dumpty sobre la muralla del terror.

Hoy quiero dejarme temblar y disfrutar de mi falta de valor.
¡Qué rara sensación!

¿Temor, miedo, desolación? Nunca como hoy, nunca.
La hoja empieza a hablar y con decepción va dibujando trazos maltrechos. La obstinación me embriaga y me pide haga algo mejor… Me recita:

¡Vamos chica… Up in the morning! Pero no puedo, ¡Bajan, chofer! No puedo continuar sobre esta ruta de artificios mundanos. Me responde el conductor: «New jimi doesn’t surf…» Pongo la cara acostumbrada que expresa mal humor y me digo: Mejor no hablar.

En este mundo: Los mareados son Dios.
Es como si observáramos las tribus jugar con fuego

¿Ya saben a qué disco me refiero?

¡¡Correcto!!


El nuevo disco de Andrés Calamaro… ¡Escúchenlo! ¡NADA SE PIERDE!



PassWord: **aversidura**


Karla Nerea Valencia

martes, julio 07, 2009

«Marilyn Manson - The High End Of Low»


Marilyn Manson - The High End Of Low



- Por las diferentes etapas que recorre mi vida llegó a olvidar que Brian Warner influyó bastante dentro de mí vida misma.
Sé y reconozco que jamás, nunca más Marilyn Manson volverá a crear una obra de arte como lo fue el "Antichrist Svperstar"... ¡Qué importa ya! Lo importante es que sigue creando su música y sigue experimentando desde su género: Rock/Industrial (¡Gracias Trent Reznor, después te dedico un post enterito a ti!).

El nuevo disco de MM. lanzado en este año 2009.

Está buenón.


TRACKS:

1. (00:03:46) Marilyn Manson - Devour
2. (00:02:45) Marilyn Manson - Pretty As A Swastika blink.gif
3. (00:03:55) Marilyn Manson - Leave A Scar
4. (00:05:01) Marilyn Manson - Four Rusted Horses
5. (00:03:39) Marilyn Manson - Arma-~censored~-~censored~-Geddon
6. (00:04:27) Marilyn Manson - Blank And White
7. (00:06:26) Marilyn Manson - Running To The Edge Of The World
8. (00:09:02) Marilyn Manson - I Want To Kill You Like They Do I
9. (00:04:55) Marilyn Manson - WOW
10. (00:05:33) Marilyn Manson - Wight Spider
11. (00:03:44) Marilyn Manson - Unkillable Monster
12. (00:05:04) Marilyn Manson - We're From America
13. (00:04:12) Marilyn Manson - I Have To Look Up Just To See Hell
14. (00:05:15) Marilyn Manson - Into The Fire
15. (00:04:21) Marilyn Manson - 15


Playing Time.........: 01:12:04
Total Size...........: 165.00 MB


BONUS CD

1. (00:03:31) Marilyn Manson - Arma-~censored~-~censored~-Geddon (Teddy Bears Remix)
2. (00:04:03) Marilyn Manson - Leave A Scar (Alternate Version)
3. (00:06:08) Marilyn Manson - Running To The Edge Of The World (Alternate Version)
4. (00:05:28) Marilyn Manson - Wight Spider (Alternate Version)
5. (00:05:03) Marilyn Manson - Four Rusted Horses (Opening Titles Version)
6. (00:04:08) Marilyn Manson - I Have To Look Up Just To See Hell (Alternate Version)
7. (00:04:34) Marilyn Manson - Into The Fire (Alternate Version)


Playing Time.........: 00:32:55
Total Size...........: 75.38 MB

LINKS DE DESCARGA:

LINK#1 - PARTE 1
LINK#2 - PARTE 2


MIRROR:

LINK#1 - PARTE 1
LINK#2 - PARTE 2
Karla Nerea Valencia
Sugerencias a:
dvdvhsbeta@gmail.com

lunes, julio 06, 2009

«Este NO es un Homenaje más a Michael Jackson»


«Me voy, me voy, me voy...
Me fui...»



Este NO es un Homenaje más
a
Michael Jackson


Haz de cuenta que mañana (07/07/09) son los funerales del Rey del Pop: Michael Jackson.
Y el aura de humildad en que se ciñe dicho evento es espectacularmente sencilla; van algunos ejemplos:

- Uno pensaría que el ataúd sería confeccionado en las más finas maderas. Pero no: Va a ser de oro (‘ora nomás falta la pirámide en la que con todo lujo de tretas y un muy complicado laberinto haga difícil el ingreso a la tumba de El Rey).

- ¡Qué novenarios ni que nada! Dos semanas tuvieron que pasar para que ¡por fin se pudiese velar el cuerpo!

- El espectáculo mortuorio será presenciado por miles de televidentes en todo el mundo. ¡Ya ni Lady Di! -

- De los 17’500 boletos que se repartieron ya no queda ninguno y por ahí hay uno que otro vivillo que anda subastando dicho boleto en eBay.

- El costo de UNO solo de los boletos es de: 10’000 dólares.

- El número de solicitantes a aspirar un boleto (doble, duh!) fue de: 1’000’000.

- Las líneas aéreas agotaron los vuelos directos a la ciudad de Los Ángeles.

- Si quieren acercarse al perímetro de donde será el evento tendrán que pensárselo dos veces. Mucha seguridad y ya sabemos cómo son de groserotes los gringos.


Eso es hasta ahora de lo poco que me he llegado a enterar por conversaciones ajenas. Ignoro hasta dónde llegue la excentricidad consecuente con la muerte de Michael ‘baby voice’ Jackson.



Mientras tanto, sus mejores discos:




[DISCOGRAFÍA]

[1979] Off The Wall
[1982] Thriller
[1987] Bad
[1991] Dangerous
[1995] History
[1997] Blood On The Dance Floor
[2001] Invincible
[xxxx] Unreleased & Other



LINKS DE DESCARGA:

LINK#1
LINK#2
LINK#3
LINK#4
LINK#5
LINK#6
LINK#7

MIRROR:

LINK#1
LINK#2
LINK#3
LINK#4
LINK#5
LINK#6
LINK#7


Karla Nerea Valencia

jueves, julio 02, 2009

«Fortuna/Penitencia» 02/06/09


FORTUNA/PENITENCIA


Puedo disparar balas de salva
sobre muertos vivientes.
Puedo atravesar paredes de
libertad condicional...

Pero eso no me haría ser libre.

Puedo invadir territorios inhóspitos.
Derrumbar muros de moralidades
fatalistas.

Pero eso no me haría ser libre.

Yo no sé, entonces:
Qué es la libertad de la que tanto
se presume.





¡Cómo podría haber evitado que todo esto se escapara de mis manos, de mi control! Supongo que debí imaginarlo, que pude haber hecho algo más que estar cruzada de brazos. El tiempo en pasado no me ayuda a pensar, a volver las acciones atrás en una desenfrenada y loca carrera de prevención.

¡Cómo impides que tus sentimientos más ocultos y reprimidos se queden allí: Estancados en el borde de tu estómago y tu cordura! Qué poco dura la satisfacción de control y qué fácil se escurre en tus entrañas cuando has vaciado el veneno que te consumía de a poco, lentamente; carente de acopio estoy hecha un manojo de nervios. Pero me aferro a seguir aquí, viviendo, evadiendo una muerte prematura que en dictada sentencia se me ha impuesto. ¿Qué haces al enterarte que tienes los días contados?

Yo enumero mis días. Para mí no existe lunes o martes, no veo el momento en que suceda un viernes en mi calendario: Son números, todos ellos, simples números que marcan la diferencia entre la muerte y seguir con vida.

Confieso que mi cuerpo ha encontrado la resignación desde este cuarto envuelto de pánico. Las noches son peores. Las mordidas de las ratas se hacen inevitables y llega el momento en que se necesitan, se requiere del dolor físico que imprimen sus dientes para sentir algo, para colocarnos en el plano del mundo donde los demás habitan: donde habitamos. Hoy se han tardado más de lo normal en llegar; las llamo con chasquido de dedos o con susurros de mi aliento. Pero es inútil. Ninguna de ellas aparece.
Me han olvidado o quizá han descubierto que en esta antesala de la desesperanza hay carne nueva, fresca que puedan roer y disfrutar más que mi carne podrida.

Mi cuerpo está en paz, pero no así mi alma. Es aun peor los sentimentalismos que me recorren como una película casera que guarda los mejores años familiares. Arrepentimientos con sonrisas sumisas de mi niñez. La conciencia es como el abrazo frío que mi padre me dio cuando aprendí a guardar el equilibrio montada en la bicicleta. Todavía no encuentro la asociación que pueda tener mi madre en todo esto. Aun no encuentro el hilo delgado que me sostenga a ella en un bello recuerdo.

Incluso con todo este tiempo que he tenido para meditar, para realmente pensar la culpabilidad de mis actos: Nada. Es humo, neblina que no logra disiparse en mi memoria. Ella no está. Nunca ha estado e intento llorar. Soltar aquellas lágrimas que han estado más tiempo presas de lo que mi cuerpo y espíritu lo puedan estar.



Me aferro a esta almohada que surge valiente como mi única compañera. Y lo es, porque no tiene escapatoria, porque no le queda de otra. Somos ella y yo. Le he pintado una sonrisa por ambos lados para recordar lo que es el optimismo en tiempos de recesión. Incluso he llegado a pensar que mi almohada es más feliz que yo.
Mantiene la esperanza de que algún día –ella no sabe contar números- yo ya no esté. Quisiera encontrar como ella una esperanza a la cual sostenerme. Pero es inútil, todo a mí alrededor lo es: Incluso yo.
Y la sonrisa falseada por instantes me lo recuerda. Evita que mi cabeza recorra el largo trayecto de la autocompasión. He sido una «sin utilidad» desde que tengo uso de razón. ¡Pero qué cosas digo! ¡Cuál razón! Si la hubiese tenido y sabido ocupar no estaría delatándome con mis palabras marchitas.


Lo mío nunca fue tener compasión.
Aunque ahora mismo parezca todo lo contrario. Me han obligado estas hojas lanzadas por debajo de la puerta que me mantiene atrapada. Sólo un agujero pequeño en la pared hace las veces de ventana, ventanales como los que había en casa. El hueco de corto diámetro no tiene cortinas, el frío es el algodón estampado de flores que me suspira. Un ave picotea, quizá quiera entrar a mi planeta. Quizá será que el ave esté igual de disparatada que yo. Tal vez busca asilo, tal vez sus compañeras la han desterrado del cielo y ha sido obligada a jamás volver ocupar sus alas. Como yo las he ocultado, pero por voluntad propia.

El paisaje se me terminó. La Tierra se me hizo un cielo que huía despavorido cada que posaba mi lento aleteo sobre el camino. Y así, dejé que la tierra se fuera sin mí. Que siguiera el transcurso aburrido de lo cotidiano.
Yo no pertenezco a ese cielo que muchos intentan devorar al extender sus brazos –ideas- en forma de alas.

Estoy contenta aquí: reconozco todo lo que me rodea y he llegado a superar la dura prueba que taladra en los días soleados (que es cuando más luz entra por mi ingenuo ventanal):
Yo no debería estar aquí.


Así las cosas y así el fatal destino.
-¡Qué es destino!-
Me preguntó alguna vez una compañera que pendía sobre mi tobillo. Nos unía una fraternal cadena.

Recuerdo haberle respondido:
Es llegar a la meta sin haberlo sabido.

Me tiene helada la sola idea de creer haberme creído eso. Entonces conservo la calma y respiro aliviada: Siempre fui gélida. Tanto que a los que les confesaba lo que me pasaba por la mente, por un fraude me tomaban. Soy un timo barato de mis extrañas sensaciones. Un títere que nunca supo cómo cortar los hilos de la mano maestra.

Esto es lo que siempre he sido: Una persona sin utilidad aparente. Una mujer que se cansó de esperar que los sesos construyeran un mejor futuro. Esto es lo que siempre soñé: Hacer la diferencia. ¡Qué he tomado malos caminos! Los hay peores.

Entonces, como si fuera mi turno le pregunté a mi impuesta compañera:
-¿Qué de grave hiciste para caer aquí?-
Y ella respondía:
- Algo que no tiene nombre, pero que cada segundo que lo rememoró hace que valga mucho la pena mi permanencia involuntaria en este lugar.


Semanas más tarde –números menos en mi penitencia- me enteraba que mi compañera había entrado a un hospital, a la sección de maternidad y comenzó a descargar su vendetta contra mujeres embarazadas, contra niños incapaces de poder defenderse. En el juicio perjuró que no se arrepentía de nada por considerar que en ese hospital nacían futuros asesinos. Porque las mujeres eran unas insensatas por pensar que lo que cargaban era más una bendición que una maldición que nos obligaba a apretar más este planeta en el cual vivimos. Mi compañera ahora sueña con ser madre: Para tener a alguien que la vengue.

La historia me hace aferrarme a que en este sitio, en este planeta ¡nadie es inocente! Que, por lo menos, todos cargamos con culpas. Sentimiento inútil la culpa si me permiten comentarlo. La única culpa que pude haber tenido supe asesinarla el día que me asesiné a mi misma.

Intentaron de todo: Pastillas, descargas de electricidad en la sien, terapeutas; incluso mostrarme imágenes de personas que fueron peores que yo y que tuvieron el final que a mí me espera. Mi estómago se río y fue mi turno de perjurar que no sentía el mínimo remordimiento.

Que por qué estoy aquí.
Por existir.

No puedo confesar los crímenes que cometí, porque hacer justicia, no es para mí siquiera la más cercana definición de crimen.
Que por qué estoy aquí pregunto a las paredes que me encierran. Pero no obtengo respuesta.
«Porque existes»
querrán decirme.
Ellas han logrado dibujarme dos sonrisas: Una en mi pecho y la otra en mi espalda.
La primera la uso para restar mis días. La segunda para recordar que todo valió mucho la pena.

¿Remordimientos? Ninguno. Lo único que me hace sentir desanimada es que las hojas se van agotando y este lápiz no puede ayudarme a resucitarlas. Les di un poco de esperanza al saberse serviciales por una causa. Sea buena o sea mala, de mi ya no depende.

¿Quién podría darme una respuesta acertada? ¿Ustedes? ¡Oh, quizá no sea una buena idea, después de todo ya lo dijo mi compañera: Aquí nadie es inocente! Ni usted ni yo.

¿Por qué sigues leyendo entonces si no puedes obtener respuesta alguna entre esta poza de mierda? Cada quien elige su meta…Dudo mucho que la tuya sea meterte en mis asuntos.

Mis números están cada vez más apresurados en continuar a la baja. Me faltó espacio…

Ya siento que me llaman…No tengo miedo. No creí que fuera así de rápido…

¡Sí, sí…es mi nombre! Un paso adelante… ¿Y cómo es que sigo redactando si supuestamente debo estar muerta?


La muerte apareció triunfal, Sí.
Pero no para una servidora leal para con ella.


Las cuentas y números están ajustados ahora. Me he permitido comprar un poco más de tiempo. En esta cacería no seré yo la que caiga atrapada primero: Y eso ¡jurado está! ¡Quién para juzgar lo que fue hecho!

Debo partir ahora, dejar la habitación justo como la encontré. Y llevar conmigo a mi fiel amiga: Mi almohada que me ha inyectado con su descarado optimismo.

Mi vida ahora es un respaldo sonriente y ahogado por las lágrimas que me recorren por saberme una mujer libre, tan libre que no necesito paredes que me encierren para desearla. La ansiada libertad de la que muchos no pueden presumir.

¿Qué actos debemos cometer para obtener la libertad?


Firma:
***** *****


Karla Nerea Valencia