Hoy deseo externar una invitación que pretenda ser global. Global para una pequeña ciudad, una gran urbe o una isla desierta, una invitación que llegue por medio de botellas abandonadas en cualquier jardín trasero.
Te invito a no ir a misa los días domingo ni cualquier otro día de la semana.
Te invito a saquear las iglesias y quemar sacerdotes, curas, obispos y Papas. Te invito a quemar y arrancar las hojas de
Hoy deseo hacerte participe de la revelación que he tenido: Jesús de Nazareth consumía LSD y dentro de su cabeza, escuchaba a The Who, mientras ‘soñaba’ en el getsemaní. Hablaba con su Padre y pedía amor por las criaturas. Pero todo quedó en oraciones y plegarias que jamás llegaron… En alguna parte del camino se perdieron, se ahogaron las botellas, se quebraron las esperanzas. Qué cómo puedo saberlo, te estarás preguntando… No lo sé, supongo que así son los sueños… Un sueño que me reveló que nada está perfectamente definido ni por causas ni por añadiduras absurdas, tontas, estúpidas. Hoy, te prometo que no hablaré más de religión… Es aburrido, es mi invitación para comenzar a cambiar.
Te invito a clavar estas oraciones en el altar, mientras saqueas las iglesias con lo que te pertenece… Te invito a vaciar las arcas y no regalar tu dinero nunca más en la limosna con la que otros pueden darse la gran vida que nunca soñaron.
Te invito a guiarte por el camino de la virtud. ¡Búscala, búscala hasta el cansancio!
Y una vez que la hayas podido encontrar, notarás el placer que se siente en el alma… El placer es, para el hombre, el ejercicio de la razón. Pero la virtud, no puede ser una pasión.
La pasión, en el sentido estricto de la palabra, es aquello que padecemos. Y yo ya no quiero padecer nunca jamás. Te invito a hacer de lado la pasión. Porque no somos responsables de nuestras pasiones ni de nuestras facultades… Eso déjaselo a alguien que sepa más que tú… Que algún día, quizá puedas llegar a comprender…
La virtud, en cambio es nuestra responsabilidad misma.
Te invito a ser responsable de ti mismo… Y de nadie más.
Te invito a que dejes a las personas ser como son, evitándole penas, evitándole cosas que padecer.
Te invito a pensar para ti mismo y quedártelo contigo. ¿Quieres gritarle al mundo las injusticias?... Déjalo para otro momento, el mundo ya no cambiara por pensamientos optimistas. Te invito a permitir que la desgracia llegue sola y sola se vaya. Te prometo que se ira.
Te invito a ser feliz con el egoísmo aplicado a tu persona.
Te invito a protestar en la soledad de tu recamara, en tu habitación, en la privacidad compartida con nadie más. Te invito a protestar, a gritar, a alzar la voz por todo aquello que no está bien y que no volverá a enderezar sus ramas.
Te invito a ser grosero con tus propias amarguras sin contagiar a los demás.
Te invito al insulto, al allanamiento de moradas, de azules y verdes.
Te invito a ser de nadie más. Nunca… Jamás…
Te invito al exceso…Al exceso de sensaciones, de emociones, de temeridad… Para con nadie más… Te invito a ser tuyo.
Te invito a ahorrar el aliento y las ganas que tienes de hablar, para poder escuchar lo que el silencio en el viento tiene que decir.
Te invito sólo a escuchar aquello que te has olvidado de atender.
Te invito a ser paciente, incluso, en la espera de la muerte.
Te invito a perdonarte… A perdonar a los demás…
Te invito a no pensar en la superación personal y sólo hacerla…
Hoy, te quiero invitar a cambiar… A recrearte, a colorear los gestos de lo que te rodean.
Te invito a ser mejor persona de lo que puedes llegar a ser, sin tener la etiqueta de idiota colgando de tu frente.
Te invito a ser llamado ‘selfcontrol’…
Te invito a extender esta invitación por todos los rincones que pueda caber.
Te invito a guardar estas palabras en tu corazón.
El valor es más difícil que la cobardía o la temeridad.
Te invito a ser valiente, te invito a valerte por ti mismo usando millones de escaleras… Te invito a respetarte y hacerte llamar: “El que vale mucho”…
¿No es acaso más fácil actuar frente a la muerte mediante la huida o mediante la temeridad que embiste al peligro sin reflexión de ninguna clase?
Te invito a ¡¡actuar hoy!!
¿No es, en efecto, difícil arrastrar el peligro con clara conciencia del peligro y con una decisión reflexiva y voluntaria ante sus amenazas?
Te invito hoy… ¡¡a ser peligro!!...¡¡a ser la amenaza del mañana!!
Te invito a pensar… diferente a los demás…
Te invito a no ser complaciente… ¡Nunca jamás!
¡‘selfcontrol’!
Te invito a ser el control de tu mente, de tu cuerpo, de tu espíritu y que nada ni nadie lo doblegue…
Te invito a ser la ‘nobleza obligada’, aquella que nos obliga a comportarnos según la esencia definida de nuestra propia razón, el buen sentido, y no por lo bueno común…
Te invito a no volver a ser ordinario… ¡Nunca Jamás!... De eso está lleno el mundo al que le quieres gritar…Empieza por ser tú mismo, cambiando hoy.
Te invito a que arranques esta invitación y la dejes ser libre… Para que pueda llegar a alguien más, que lo pueda necesitar… Te invito a compartir… algo de mí.
2 comentarios:
compartire o no compartire, pues tu compartiste, asi que lo pensare...
Simplemente excelente, gracias por la invitación. Da gusto encontrarse con esto.
Andrés
http://elgrano.blogspot.com
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