Intro-spección:
«Dicen que Dios manda la lluvia cada año,
en esta fecha en especial, a mitad de año,
para recordarle al hombre que puede suscitarse de nuevo
el evento de Noe y el Arca…»
- Pues sí, pero parece que el hombre
no aprende de sus desgracias…-
[Música de Fondo:
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LA RADIO
Revisión Del Sonido En El Tiempo
“El sordo abre los ojos para oír mejor”
Decía mi padre que no hay mejor compañía en la soledad que las voces infinitas que brotan como fuentes hacia el espacio exterior -coloreando el transcurso del día, quizá un poco la existencia-, por medio de la radio. Nos han estimulado emociones, nos invitan a reflexionar, nos otorgan conocimiento y algunas veces se convierten en foros abiertos para discutir la problemática social o política. Otras voces más, son quimeras que devoran a los más incautos, sin embargo todo esto es lo que aseguran los ingresos económicos de la industria radiofónica. Yo opino, que de ese tiempo que mi padre habla a la fecha, no ha cambiado en mucho… ¿Por qué?
Recordemos que después de varios años de intentos y aciertos, por fin, en 1930 se consolida la radio en México, junto con un nuevo sistema político. Atrás quedaban las luchas sangrientas por el poder (pero seguían las luchas intelectuales, de traiciones y demás artimañas para conseguir el mismo). Surgió el primer medio electrónico masivo que mantuvo atento a un gran auditorio y que aún es considerado el medio de comunicación de mayor cobertura. Quizá las familias menos favorecidas (pero mucho menos favorecidas) no puedan contar con una Televisión, ya no se diga del sistema de cable local, pero al menos, éstas, cuentan con un radio.
Seguía contando mi padre que mi abuelo, en la pequeña salita de estar, ahuyentaba la soledad y el aburrimiento (pues mi abuela, había salido al rosario de las cinco de la tarde a la Catedral del centro de la ciudad) acercando el oído a su radio de bulbos, para disfrutar de los concursos musicales que consolidaron a cantantes como actores en el cine, durante la llamada época dorada del cine nacional, mientras mis tías humedecían sus ojos y apuraban el quehacer pendiente para detener el nudo en la garganta, al escuchar en algún drama radical, como ‘Chucho El Roto’, antecedente de las actuales telenovelas, y Kalimán, de las series de acción. Hoy, aquello ha desaparecido. Ahora, esos dramas radicales, lo conforman los escándalos de los actores de las telenovelas llevados a su vida real. Es lo de hoy, lo que entretiene. Sin dejar de lado, las series de acción que se avientan nuestros políticos mexicanos. Ya ni el “Santo” hubiera tenido luchas de la talla de nuestros diputados y senadores, auténticos ‘vampiros’ de la escena nacional.
No todo fue malo, hubo otros personajes que la radio vio crecer ante el auditorio como uno de mis máximos artistas, mi flaquito de oro: Agustín Lara; Crí-crí, Pedro Vargas, Alonso Sordo Noriega, Tomás Perrín. Lola Beltrán, el Dr. IQ, magos, cómicos, cronistas, locutores o artistas. Todos ellos formaron un desfile de talentos que el público fielmente escuchaba y aplaudía.
Hoy, yo aplaudo que transmitan ciertas radiodifusoras una canción de Pearl Jam o Radiohead. No soy extremista, la radio se ha llenado de ‘artistas’ como Cristina Aguilera, Britney Spears, Flo-Rida, entre muchos otros degradantes etcéteras que mejor es omitir. Nuevamente estoy siendo exagerada.
En la actualidad, el público tiene la opción de elegir entre 58 estaciones, 26 de FM y 33 de AM.
Las de AM recuperaron audiencia, principalmente por el auge de programación hablada a la que integraron 13 emisoras. Sin embargo, las de FM siguen superando a la banda de amplitud modulada, ya que registran una audiencia de 68%, mientras que las de AM descendieron a 45%, situación que en 1975 se presentaba casi a la inversa: AM 83 y FM 17 por ciento, me explicaba un amigo que estudia la carrera de ciencias de la comunicación y está haciendo sus prácticas en las instalaciones de 100.1 Radiológico.
Cada estación realiza un esfuerzo importante para lograr un vínculo de comunicación efectivo con su auditorio. Día tras día se transmiten 1,200 horas de música, programas informativos y de orientación en la radio de Cuernavaca, Morelos.
Los hay de todo tipo, digamos que la radio se ha convertido en otro pequeño mundo muy apartado de la galaxia que se ha ido apoderando del tiempo (ocioso) de muchos ‘usuarios’, como es el caso del Internet (que se ha ido posicionando como uno de los grandes basureros de información) y/o la televisión (con cada vez mayor programación chatarra), lo mismo ofrece programas de orientación psicológica a problemas intrafamiliares, relaciones de parejas, dudas existenciales o emocionales (que están en nuestros días muy de moda). Los hay con reconocidos especialistas y hasta con peinadores que con un lenguaje sórdido se dirigen a la atribulada madre como “ay, mi reina, hazle lo mismo para que vea lo que se siente”.
En el presente, la industria radiofónica enfrenta el reto de mantener y elevar la compra de espacios publicitarios, a pesar de que la publicidad mexicana en radio es un negocio de cerca de 1,200 millones de pesos anuales, que representa el 10% del monto total invertido en los diversos medios de comunicación. La publicidad conforma el sistema circulatorio de la radio.
No cabe duda de que es un gran reto para los creativos. La audiencia exige originalidad y mensajes cada vez más frescos, sintéticos y llamativos, porque la publicidad, esa hija adoptada por la radio desde su juventud, ha sido su principal forma de financiamiento.
Con paso lento, pero seguro, la radio ha logrado recuperar parte del espacio que la televisión absorbió en los años posteriores a su surgimiento, a pesar de que ante grandes eventos deportivos disminuye temporalmente su audiencia.
Lo más sobresaliente, es que la Radio puede ser un fiel aliado en esos momentos de soledad (como ya lo mencionaba mi padre) con voces clonadas de aquel famoso locutor de nombre “Olallo” y con música bastante ad-hoc a las nuevas generaciones. Pero, definitivamente, puede ser un verdadero enemigo cuando la única estación que se puede sintonizar es aquella que invade en la totalidad de su programación con música de ‘banda, pasito duranguense y norteña’, así como las ‘cumbias’ (charangas populares dignas de un premio chundo por la solidaridad de los ruteros en sintonía generalizada).
Para principios del siglo XXI, la radio suma 1,230 estaciones en todo el país y ha adquirido un nuevo perfil. En el nuevo milenio se sigue esperando la construcción, día con día, enfática que sea necesaria para generar una radio activa, analista y veraz al tratar los asuntos públicos, asimismo que desempeñe un mayor servicio social, genere esperanzas humanas y fomente mucho más la libre expresión (que se ha ido perdiendo en este sexenio), así como la opinión directa de las distintas expresiones que aporta una cada vez más desesperada (desesperanzada, corrompida y desunida) sociedad.
Artículo:
Karla Nerea Valencia
Karla Nerea Valencia
1 comentario:
Pffff... Huazontitla... ora sì que tienes la boquita llena de verdá...
Yo también aplaudo si ponen algo de Pearl Jam o Radiohead jjaja. Por cierto, alguna vez te mencioné que Pearl Jam es una de mis bandas favorititititas?
:)
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